Exquisita Costilla de ternera

Comienza precalentando el horno a 150 grados centígrados. Sacona las costillas de la nevera y déjalas reposar unos 10 minutos para que alcancen temperatura ambiente.

Mientras tanto, machaca los ajos en un mortero junto con la sal hasta formar una pasta. Agrega el pimentón, el tomillo y el aceite de oliva. Esta mezcla aromática hará que nuestras costillas sean excepcionales.

Con la pasta resultante, frota bien las costillas de ternera por ambos lados. Sé generoso con este paso, ya que es lo que dará ese sabor perfilado a las costillas.

Coloca las costillas en una bandeja para horno y vierte el vino blanco y el caldo de carne. La combinación de estos líquidos ayudará a que las costillas se mantengan jugosas y adquieran un sabor único durante la cocción en el horno.

Hornea durante 2 horas a 150°C, dándoles la vuelta cada 30 minutos. Si ves que se queda sin líquido añade más caldo. La clave de unas buenas costillas es la cocción lenta y constante.

Una vez las costillas estén cocidas, aumenta la temperatura a 200°C y hornea durante 10 minutos más para que se doren. Este último paso es mi secreto para conseguir esa textura crujiente por fuera y jugosa por dentro.